Algunas veces en los días de verano la lluvia aparece sin avisar y sin dar ninguna tregua a poder salir de casa para ir a jugar o montar en bicicleta. En esos días tan largos en los que no sabes qué hacer y llega el aburrimiento para quedarse contigo, de repente llega a tus manos un magnífico libro. Un libro que te rescata de esa monotonía regalándote una historia cargada de recuerdos y emociones.
Su autora Concha Pasamar nos trasporta a esa niñez en la que se jugaba en las calles, se dormía la siesta y pasaban muchas cosas que vosotros/as no habéis conocido.
La llegada a mis manos de este álbum produjo recuerdos de mi niñez no tan lejanos de jugar con la nieve en la calle de mi ciudad natal, de los domingos con las coletas para ir a ver a los abuelos, de los despertares con un beso en la mejilla de mi madre y de su sonrisa. Al mismo tiempo y sin poderlo remediar volvía rescatar esas fotos «viviendo» de nuevo aquellos momentos tan especiales y llenando de melancolía mi corazón.
Cuando mamá llevaba trenzas es un puente entre generaciones, un regalo para todas las mujeres, y una oportunidad en la que pasado, presente y futuro se enlazan con tan solo unas fotos de una infancia vivida y amada. Abrid sus páginas, descubrir esos momentos mágicos y compartid con vuestras madres y abuelas esta historia que dará lugar a muchas otras más heredadas.
Os invito a compartir este álbum con vuestra hija, madre y/o abuelas dejando que los recuerdos de la infancia llenen vuestro corazones de emociones vividas.
Un beso alado de Lili